De niña, como casi todas, me agradaba divertirme con los juguetes de mi hermano, las que tenemos hermanos mayores saben a qué me refiero. 

Y es así que mi padre, al ver mi comportamiento hacia juguetes aparentemente masculinos, empezó a regalarme algunos destinados a ese género.

Sin embargo, existían productos para todo público y edad, entre ellos el Ratón Mickey, no recuerdo mi primer encuentro con dicho dibujo, pero lo que si estoy segura es que fue Mickey y no Minnie, y la razón es la siguiente:

Es normal que a los niños se les llene de objetos masculinos o de color celeste, y a las niñas femeninos y rosados, pero en el caso particular del ratón, es indistinto, no existen reparos en regalarle un Mickey a una niña. Sin embargo, existe resistencia a entregarle una Minnie a un hombre.

¿Por qué?

Si la mayoría de hombres, desde la infancia se sienten atraídos por el sexo femenino, ellos también desean apreciar a aquella delicada figura femenina en sus loncheras, vasitos, individuales, etc., sin embargo, he notado que los padres de familia retiran de las manos aquel producto con la imagen de Minnie, y le imponen un Mickey.

¡Y después se quejan que su hijo tiene tendencias distintas!

Una experiencia en un Centro Comercial



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